La demencia y la hipoacusia, generalmente, son dos síntomas propios
de personas de edad avanzada que afectan negativamente en sus relaciones sociales y en su calidad de vida en general.
Hay estudios (semeg) que relacionan la pérdida auditiva neurosensorial como factor de riesgo del deterioro cognitivo y demencia.
Está comprobado que una falta de entrada (input) de sonido provoca una deficiencia cognitiva y una disminución de la actividad cerebral. Esto nos lleva a pensar que si no estimulamos correctamente las vías auditivas el proceso de conexión oído-cerebro cada vez se ralentiza y acaba por atrofiarse.
Por eso es importante que en el momento que detectamos una pérdida auditiva con una buena capacidad de discriminación de palabras es importante empezar a estimular (con
audífonos) para que esas vías auditivas estén activas y envíen información correcta al área cerebral que corresponde con la comprensión de las palabras.
En caso contrario, la señal que recibe el cerebro es "errónea" y por lo tanto estamos estimulando erróneamente. A lo largo en el tiempo la capacidad de discriminar palabras se va reduciendo drásticamente hasta el punto que aunque adaptemos una solución auditiva ya el resultado es bastante precario.
Nuestro cerebro es "como" un músculo que necesita trabajar para activarse y estar estimulado. En realidad, es un órgano formado por millones de neuronas interconectadas para controlar todas las funciones de nuestro cuerpo, desde respirar, comer, dormir, razonar y escuchar.....
Algunos estudios demuestran que personas con pérdida auditiva tienen más probabilidades de sufrir demencia. Se asocia que hay hasta un 36% más de posibilidades de sufrirla, según el grado de hipoacusia. A pesar de los estudios que existen hoy día, no se acaba de encontrar la relación que existe entre ambas afecciones.
También se conoce que ante una perdida auditiva no tratada, es decir, no corregida por audífonos, implantes etc.., existe más riesgo de sufrir aislamiento social lo cual nos lleva a un estado de soledad que acelera aun más el deterioro cognitivo. Otro factor importante de la falta de audición es que interviene negativamente en la memoria produciendo el efecto "despiste" o "falta de atención".
La OMS en el 2017 reconoció la pérdida auditiva como problema de salud pública y apostó por una corrección temprana, ya que además de mejorar la capacidad comunicativa del individuo tiene un efecto positivo en el rendimiento del cerebro.
Según la Organización Mundial de la Salud:
"Solo un 17% de todas las personas que podrían beneficiarse de utilizar un audífono lleva uno. El porcentaje de personas que no lo lleva es prácticamente igual de alto en todas las partes del mundo (varía entre un 77% y un 83% entre las regiones de la OMS y entre un 74% y un 90% en función de los niveles de ingresos)."
Desde Arrecife Audiologia queremos hacer un llamamiento a la prevención y a la detección precoz de los casos de pérdida auditiva sin tratar.
Realizamos un estudio auditivo completo para detectar el grado de hipoacusia y el grado de afectación en la comprensión. Os asesoramos de los siguientes aspectos: prevención, corrección, seguimiento, ajuste y rendimiento. Además contamos con el servicio de logopedia que ayuda en estos casos a una mejora en la discriminación de sonidos y a fortalecer el trabajo entre oído y cerebro.
Te damos algunos tips para mejorar tu cerebro!
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